La industria de la iluminación espectacular, con sus sistemas flexibles para control y programación, ha evolucionado una vez más. El sistema de facto para el control universal, el archiconocido y omnipresente DMX 512, encontró un digno asistente en RDM, que provee comunicación bidireccional de cara a la configuración, monitorización y ajuste de un sistema de iluminación espectacular.
Nos parece mucho más sencillo e intuitivo acordarnos de las siglas RDM que de su significado (Remote Device Management), pero en cualquier caso, se trata de un protocolo que se asienta sobre la norma DMX 512. Éste siempre fue un estándar unidireccional (o simplex en la jerga técnica), lo cual implica que los datos transmitidos se mueven en un solo sentido, que usualmente fluye desde la mesa de luces hacia los sistemas de iluminación.
Por su parte, RDM permite que los dispositivos compatibles se comuniquen entre sí de forma bidireccional, haciendo uso de los cableados DMX tradicionales, puerto RJ45, puerto XLR de 3 pines y el puerto XLR de 5 pines. Con su categoría de estándar ANSI, RDM fue diseñado desde el principio para ser más rápido y mejor que sus antepasados -y esa etiqueta half-duplex le sienta de lujo, dando forma a su encanto bidireccional (pero ojo, no simultáneo).
Un principio básico de funcionamiento es el Descubrimiento RDM inicial, por el que un controlador envía un mensaje para la detección y recibe respuestas de cada dispositivo habilitado en el sistema. Tras el mapeado inicial de los dispositivos existentes en la red, el controlador recabará información sobre las capacidades disponibles, listas de sensores y asignaciones de funcionalidades en los canales DMX.
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